En la última reunión de política monetaria del año pasado, el Banco de México (Banxico) decidió recortar la tasa de interés de referencia en 25 puntos base, dejándola en 10% anual. Sin embargo, también revisó al alza sus proyecciones sobre la inflación futura, anticipando presiones más persistentes sobre los precios de lo que se había previsto anteriormente. Este cambio sugiere que se podrían esperar menos recortes de tasas de interés en 2025. A pesar de esto, Banxico indicó en su comunicado que podría considerar ajustes a la baja más significativos en algunas reuniones futuras, hasta 50 puntos básicos.
Esta aparente contradicción evidencia el esfuerzo del banco por mantener un equilibrio entre una postura restrictiva en un contexto de desaceleración económica y la necesidad de abordar las posibles presiones inflacionarias que podrían surgir de las políticas que implemente el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Banxico ahora espera que tanto la inflación general como la subyacente —que excluye los precios de frutas, verduras y energía— converjan hacia el objetivo del 3% en el tercer trimestre de 2026, en lugar del periodo similar de este año. Además, estima que la inflación cierre 2025 en 3.3%, superior al 3.0% proyectado anteriormente.
La administración de Trump ha amenazado con imponer nuevos aranceles a México y Canadá y endurecer las políticas de inmigración. Esto podría ejercer presión al alza sobre los salarios y la inflación a corto plazo, aunque algunos asesores del presidente electo han minimizado esta posibilidad. Varios funcionarios de Banxico consideraron este escenario al tomar decisiones en diciembre pasado, lo que contribuyó a una perspectiva más pesimista sobre la inflación para finales de este año.
A pesar de que la inflación ha disminuido durante los últimos 27 meses gracias a la recuperación de la capacidad de oferta económica, factores como la sequía que afectó gran parte del país entre 2023 y 2024 han complicado una caída más rápida, de allí que la inflación subyacente pudo observar mejores resultados, hasta el punto de cerrar 2024 en 3.65% cerca al 3.0% objetivo. Sin embargo, la tasa real de interés aún se mantiene en niveles elevados de restricción que, al menos desde un punto de vista histórico, no corresponde con el nivel inflacionario actual, lo que a la larga repercutirá en un debilitamiento de los únicos elementos que sostienen el magro crecimiento de la economía, vale decir del consumo y de la inversión privados.
La revisión al alza de las proyecciones inflacionarias por parte del Banxico envía una señal clara: hay cautela ante el inminente cambio gubernamental en Estados Unidos. Sin embargo, no puede dejar de considerarse que un ajuste monetario excesivo podría llevar a una desaceleración innecesaria de la economía mexicana.
La minuta de la última reunión deja entrever que al menos tres de los cinco funcionarios de la Junta de Gobierno del Banxico están abiertos a considerar recortes más rápidos en las tasas de interés si las condiciones lo permiten. El subgobernador Jonathan Heath también ha indicado que, si no hay disrupciones significativas tras la toma de posesión de Trump el 20 de enero y si las proyecciones inflacionarias se alinean con lo observado, podría discutirse una reducción entre 25 y 50 puntos base antes de la decisión programada para febrero.
Hasta ahora, la inflación ha mostrado un comportamiento relativamente favorable: cerró 2024 en 4.21%, mejorando respecto a las proyecciones previas que anticipaban un cierre en 4.6%. La inflación subyacente cerró el año en 3.65%, superando expectativas que indicaban un cierre por encima del 3.9%. Aunque es probable que Trump anuncie alguna disrupción importante al asumir el gobierno, aún está por verse si podrá implementarla efectivamente.
En conclusión, es plausible que pronto veamos una reducción de 50 puntos base en la tasa de interés de referencia. Sin embargo, queda por determinar si esta decisión será unánime.
Rodolfo Navarrete
enero 10, 2025