Comentario semanal

El reto fiscal de la administración de Claudia Sheinbaum.

En las últimas semanas, la situación y perspectiva de las finanzas públicas mexicanas ha comenzado a ser ampliamente comentada entre analistas y prensa especializada.

No obstante pareciera que recientemente se han agudizado, los riesgos fiscales de nuestro país llevan algún tiempo vigentes, e incluso algunos de ellos mostrando un deterioro adicional en los años recientes.

Tan solo de 2018 a la fecha, la medida más amplia de déficit, conocida como Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), pasó de 2.1 por ciento del PIB a 4.3 por ciento en 2023. Además, se espera que, para este año, el faltante público alcance el 5.9 por ciento del producto, nivel no visto en más de dos décadas. Disminuir el déficit en 2025 se ha convertido en una necesidad si lo que se quiere es garantizar una senda decreciente en el comportamiento de la deuda pública neta y con ello respaldar la calificación de la deuda soberana (Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público o SHRFSP).

El problema del ajuste para el año entrante no radica en la voluntad de la SHCP, que ya nos ha adelantado que buscará disminuir el déficit a un nivel de entre 3 y 3.5 por ciento del PIB, el verdadero reto es la coyuntura por la que transita la economía mexicana en la cual el crecimiento económico ha perdido impulso, una reforma fiscal sería impopular, y el gasto social se ha incrementado de manera sostenida con un margen muy pequeño a ser disminuido.

Revisando el comportamiento histórico del déficit público, no es posible identificar en el pasado reciente ningún año en el que dicha variable haya disminuido en la magnitud en la que se planea para 2025. Más aún, el año en el que se observó el mayor esfuerzo fiscal fue 2017, con una disminución de 1.3 puntos porcentuales del PIB sin tomar en cuenta el remanente de operación de Banco de México.

Por sí solo, el ajuste fiscal que se ha prometido para el año entrante es enorme y muy probablemente llevaría la economía a un periodo de desaceleración profunda o incluso recesión. Debido a esto, consideramos que este escenario es muy poco probable, y nos inclinamos a pensar en una proyección para el déficit menos agresiva, probablemente a un nivel de entre 4.0 y 5.0 por ciento del PIB (lo que también tendría un efecto contractivo sobre la demanda interna menor, aunque aún importante).

Otro recurso que la SHCP podría aprovechar para su proyección de déficit de 2025 son los recursos de un eventual remanente de operación de Banco de México, debido a la depreciación que ha experimentado el tipo de cambio. De existir, la ley exige que la totalidad del remanente sirva para reducir el déficit (una parte para bajar los pasivos y otra para incrementar los activos), lo que podría aportar entre 0.7 y 1.0 puntos del PIB en caso de que el tipo de cambio se mantenga en los niveles actuales de entre 18 y 18.50. En este caso, valdría la pena mencionar que el menor déficit debido al remanente obedecería a un efecto de una sola vez y no a un esfuerzo de consolidación fiscal, por lo que el reto se mantendría para 2026.

En todos los casos, la disminución del déficit en 2025 es algo necesario en México, más aún en un contexto en el que la deuda pública se incrementó 3.2 puntos porcentuales del PIB de 2018 a 2023, y se espera que lo haga en 3.4 puntos porcentuales adicionales tan solo en 2024 (incremento total de 6.6 por ciento a lo largo del sexenio).

Si bien no esperamos cambios en la calificación crediticia del país en los próximos meses, garantizar una senda decreciente y sostenible (garantizando superávits primarios) de la deuda pública es un elemento clave para que las principales agencias continúen considerando nuestra calificación crediticia dentro de la zona de grado de inversión.

El reto para la nueva presidenta electa es grande y la decisión que tome en cuanto al ajuste que efectuará al inicio de su administración será una señal muy poderosa tanto para los mercados, como para las agencias calificadoras y los inversionistas. Atentos a la presentación del paquete económico para el año entrante, que conoceremos durante el mes de octubre.

Luis Adrián Muñiz Muñiz

julio 08, 2024